Liniers en su necesidad de armar las milicias leales al rey hecho mano a todo lo que pudo encontrar en la ciudad de Córdoba y sus alrededores para armar su ejercito.
En una de sus requisas dio con un deposito ubicado en las afueras y perteneciente a un prospero comerciante de la ciudad, en el que encontró los uniformes de los soldados ingleses que habían sido internados en esta ciudad luego de la primera invasión en 1806. Esto le vino de maravilla para uniformar al batallon de Urbanos que formaba junto con el Batallon de Voluntarios del Rey la infantería de la División del Coronel Allende.
Esta estaba formada por milicias reunidas y encuadradas a toda prisa y por ende sus cualidades marciales distaban de lo ideal. Aquí las vemos en su entrenamiento diario días antes de la batalla de Punta del Monte.