Reflexion breve

"La gran mayoria de las personas que he conocido que se dedican a los juegos de guerra históricos, no tienen veleidades militaristas, no ensalzan la violencia y, salvo algún despistado, tampoco se consideran historiadores amateurs. Pero casi todos admiran el valor de los guerreros y los soldados de un pasado al que prefieren ver como mas heroico y glorioso que este prosaico presente y a casi todos les gustan muchisimo los uniformes, las formaciones y las maniobras en el lúdico campo de batalla pues saben que todas las bajas regresan sanas y salvas a su caja o a su vitrina a la espera del proximo encuentro." Me parecio un buen comentario para compartirlo con todos, que proviene de un blog amigo http://juegosdehistoria.blogspot.com/



sábado, 8 de diciembre de 2012

El lado oscuro ataco de nuevo y Belgrano también!




Que decirles a ustedes los que viven en esta querida Argentina que no sepan, el lado oscuro volvió a la carga hace unos días, en un par de minutos de alta adrenalina  y preocupación por mis hijos presentes pero dormidos (por suerte) me quede desnudo de tecnología y como un NN en la puerta de mi casa, y somos tan de pendientes de esta tecnología que solo me acordaba de un número de celular a quien llamar para pedir ayuda!
El 911 me atendió pero el móvil nunca llego, mastique la bronca por dentro y solo, y pasados varios día todavía tengo una rara sensación ante situaciones similares. No creo que me la pueda sacar en un tiempo, y lo que menos me gusta es el comentario de haberla sacado barata!
En fin, si los recursos eran pocos y el tiempo era poco, hoy me voy a dar una alegría por TV ya que se me trunco el viaje (porque no me dan el registro de conducir hasta el 3 de enero del 2013!)
y veré a mi querido Belgrano cerrar el mejor torneo de primera de su historia.



Acá les dejo una nota que salio en el diario día a día hoy 8/12/2012

Belgrano, como chico con juguete nuevo.

Le pidió a la jermu que lo pellizcara. Que no lo podía creer. Que todavía seguía nadando en el sueño que vive. Que el 2012 no pensaba que iba a ser tan grande, o más, como el 2011. Le pidió que lo dejara vivir así. Que estaba hecho. Que la vida era esto. La felicidad no llena una panza vacía, está claro. Pero si juntás las monedas para ir a la cancha como lo hacés para pagar las boletas, qué mierda. No importa nada. La esposa, aún sin entender la traslación que provoca en el alma del futbolero, lo pellizcó bien fuerte.

Después de eso, el grone se cagó de risa, la miró, le besó la frente y le dijo que si le bancaba el sábado, sólo este sábado por la tarde-noche, que le pidiera cualquier cosa para la Navidad. Ella le dijo que no le iba a pedir nada, que estaba bien. Que si los chicos tenían los juguetes nuevos, si la Pelopincho se podía pagar en cuotas, que también estaba hecha.
–Entonces Bety, pedite unas pizzas. Iamá al delivery. No cocinés nada–le dijo.
Ella, que asintió con un gesto, se quedó pensando para sus adentros que, con la mitad de esa plata, compraba gaseosas, paleta especial, la levadura y un queso mantecoso de marca. Y, a pesar del calorón, lo iba a esperar al Carlos con pizza casera y un par de rubias (no, minas no, cervezas).
El Carlos tenía todavía las manos manchadas con pintura de aerosol y con el dedo celeste se sacaba los mocos. Todavía se cagaba de risa de lo que había hecho.
–Este año, el arbolito va a ser celeste– le juró a los hijos.
Como la Bety es tan comprensiva y le bancó hasta esa deuda que tuvo que acarrear después del viajezón a la cancha de River para el ascenso, ni se calentó. Ni le hizo fuerza diciendo que le iba a arruinar el arbolito de navidad. Y el Carlos los llamó a los hijos al patio ayer. Puso unas hojas del Día a Día por debajo y tiró la nube celeste.
–Miren chicos, desde hoy las navidades serán celestes– les dijo.
El Luifa y el Chiche (así los llama a cada uno) vieron como el verde fue mutando al color de la camiseta. Tenían tijeras, la plasticola y una parva de fotos para recortar de varios diarios. Y, tan locos como el viejo, agarraron las bombitas de plástico y les empezaron a pegar las caras de Farré, de Pérez, de Olave, del Picante y así, un arbolito pleno para una navidad bien pirata. El Carlos, vivo, siempre es de comprarse los diarios con las notas de Belgrano que los tiene bien guardaditos en una caja arriba del ropero. Pero vivo, hacía un mes que le venía pidiendo los diarios “de ayer” al bar de la esquina.
–Dale enano, si vos sos de Taiere, pa qué querei los diarios, ¿pa iorá?
El enano es el mozo del bar, que nunca le quiso reconocer que cuando ascendió Belgrano, a fin de ese mes le pasó la cuenta de los cafés “engordada”. Pero el Carlos hizo lo mismo que ayer, se le cagó de risa. No le importaba nada.
La Bety los miraba a los tres desde la puerta de la cocina sabiendo que hoy va a tener que ventilar la casa porque le va a quedar un olorón a pintura en el comedor.
–¿Sabé qué vas a hacer mamita? Cuando armei el pesebre no pongá los reies. Regaláselos a tu hermano que es de Taiere, los va a necesitá, jajaja– le gritó.
El Carlos cambió la cabeza. No es de los que gasta de manera cargosa. No es una guerra el fútbol. Dice que lo aprendió el día que perdieron aquella final con Talleres en el viejo Chateau. Que aprendió cómo es la cosa. Dice que cuando se pone en pedo, todavía se encierra en el baño a llorar frente al espejo. Que se acuerda de la cancha de River y se ve cantando, festejando aquel ascenso. Que a eso no se lo saca nadie.
Y que siempre va a ser Monero y de Belgrano, que va al Kempes hoy contra Estudiantes, así, lleno de felicidad, a seguir disfrutando como chico con juguete nuevo.